Hace ya un tiempo que venimos enterándonos de noticias, sobre empresas de tratamientos de aguas que realizan campañas agresivas y difamatorias. Muchos ayuntamientos han tenido que salir al paso de informaciones sobre la mala calidad del agua, llegando a asegurar algunas de ellas, que no se trata de agua apta para el consumo humano.
Desde luego cada uno puede llevar a cabo las acciones comerciales que crea oportuno, pero sin difamar ni desacreditar a nadie. Bastante cuesta hoy en día realizar una venta, como para que encima se abuse en los precios y se dé una falsa información al cliente.